viernes, 24 de febrero de 2012

Desde hace tiempo en la Casa Rosada repiten que "no tenemos otro candidato que Antonio Caló" de la UOM, para remplazar a Moyano. Por eso, en el hipotético esquema de que Caló se alzara con la conducción cegetista, en el gobierno saben que Moyano pasará a conformar un espacio disidente.




Lo mismo ocurriría si Moyano se mantiene en la conducción de la central obrera. Entre el metalúrgico Caló y el mecánico Ricardo Pignanelli (SMATA) consolidarían un nuevo polo sindical, tan afín al gobierno nacional como el sector de los independientes de Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).



La tragedia ferroviaria de la estación Once marginó momentáneamente la interna sindical y el sorpresivo protagonismo que tuvo en las últimas semanas la cuestión Malvinas o, en los últimos días, el aumento de un cien por ciento de las dietas de los legisladores.



Tal vez sea correcto que el nivel salarial de los legisladores nacionales de la Argentina no sea el más alto a nivel regional y que se ubique, como un informe mexicano lo aseguró, en el mismo nivel que el de los uruguayos. Pero tal vez lo que enciende el rechazo generalizado no tenga que ver con el monto sino con la idea de que "cualquiera" puede ser diputado nacional o senador nacional.



El término "cualquiera", no indica elitismo sino que implica que alguien que llegue a la "Honorable" Cámara de Diputados o del Senado, cuente con los pergaminos suficientes y con la dedicación "full time" para dedicarse a tamaña actividad.



Y cuando uno refiere a "pergaminos", no quiere decir un título universitario sino, al menos, antecedentes de haber trabajado en beneficio de la comunidad de alguna manera. Eso no ocurre.



Así como el Congreso dejó atrás la reglamentación o restricción para que un legislador caiga en la práctica ya común del transfuguismo, cambiándose graciosamente de partido político cuando se le antoje, es muy difícil que adopte como regla, la exigencia de algún tipo de antecedentes a un candidato a diputado o senador.



Esa carencia queda en evidencia cada vez que surge un tema técnico -económico, energético, normativo, jurídico, diplomático, etc, etc- y sólo un pequeño grupo de legisladores puede exponer acerca de ello. Mientras, la mayoría, sólo se atiene a opinar ligeramente o a votar, según lo haga el resto de su fuerza política. (DyN)

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